Me llamo Gonzalo de Paz Sardón
Algunos dicen que soy escritor, otros dicen que novelista y otros que autor. Yo me defino como un lector empedernido atrapado por las letras y con ganas insaciables de contar historias, pero, siendo una definición tan larga, aceptaremos de buen gusto alguno de los términos anteriores.
Aunque no me pongo enfermo estando en público o rodeado de gente, prefiero la soledad, por lo que soy más introvertido que extrovertido. Tengo muchísima imaginación, demasiada, y cuando me agarra no me suelta, incluso hay noches que no me deja dormir. Soy muy curioso, demasiado. La curiosidad forma parte de mí y es ella la culpable de que mi cabeza preste atención a cosas interesantes, inútiles o absurdas, depende de con quien hable. En la vida y también en la escritura soy planificador, odio la improvisación. Soy muy entusiasta, de esos que opinan que si algo ha perdido su pasión apártalo a un lado o tíralo a la basura.
Creía que soñar era cosa de niños con demasiada imaginación y que con la edad los sueños se marchitaban y se desvanecían, sin embargo, he comprobado que estaba confundido, aunque con los pies en la tierra sigo siendo un soñador.
Necesito ratos de desconexión, en los que me aparto del mundo, pienso, leo y escribo.
Hace ya muchos años que comencé en el mundo de las letras escribiendo relatos y microrrelatos, algunos de ellos han acabado en concursos y recibido una buena crítica, otros han pasado sin gloría y con mucha pena. Aunque tardaba eternidades en redactarlos, pues me costaba sintetizar las historias, empecé a cogerle el gustillo. La idea de escribir un libro me rondaba la cabeza y un día, preparando un relato para un concurso vi que había acumulado tanta información que podía escribir una novela.
La escritura se ha convertido en una droga, es raro el momento del día en que no estoy maquinando una escena, un diálogo o una trama. Cuando escribo el tiempo echa a volar, mis pulsaciones se ralentizan, mi mente se despeja y consigo evadirme de la realidad en la que me veo envuelto para vivir con emoción las aventuras y las historias de mis personajes.