Personajes de novela II. Viriato (La tumba del héroe)
Llega el turno de Viriato, “el terror de Roma”, personaje que forma parte del hilo central de la novela La tumba del héroe.
Mucho hay que contar sobre este personaje histórico y poco espacio en este blog para tratarlo.
Fue un líder de la Lusitania (provincia romana del oeste de Hispania) que se enfrentó a Roma. Para el estudio de su figura hay pocas fuentes clásicas, por lo que se desconoce el lugar y la fecha de su nacimiento. España y Portugal han intentado llevárselo a su terreno unos diciendo que era celta y otro lusitano. En lo que si parecen estar más de acuerdo, salvo alguna excepción, es en que se trataba de un pastor que se hizo soldado.
Sea cual sea su origen los autores romanos lo presentan como el conductor, jefe, dirigente y protector de las tribus lusitanas y celtíberas.
Durante la conquista de Hispania, Viriato y su ejército ejercieron fuertes campañas contra Roma venciendo a varias ilustres figuras romanas: el pretor Vetilio, el pretor Cayo Plaucio, el gobernador de la provincia Citerior Claudio Unimano y a Cayo Nigidio.
Tras acabar la tercera guerra púnica, Roma podía destinar más tropas a Hispania, con ellas llegó Quinto Fabio Máximo Emiliano, un hombre con una gran experiencia militar que consiguió provocar la retirada de Viriato, aunque no consiguió capturarle.
Viriato contratacó extendiendo la revuelta a otros pueblos celtíberos dando lugar a la tercera guerra celtíbera en la que Viriato aumento el número de sus victorias.
Los romanos respondieron enviando al cónsul Quinto Fabio Máximo Serviliano con un número mayor de tropas, con elefantes caballería, jinetes númidas e infantería. Serviliano comenzó liberando ciudades del sur de Hispania empujando a Viriato hacia Lusitania. Pero Viriato consiguió cercarlo y obligarle a firmar un acuerdo de paz ratificado por el senado romano en el que se otorgaba la independencia de las tierras lusitanas poseídas por Viriato y se le reconocía a éste como Dux, jefe, de los lusitanos.
Sin embargo, por considerarse una cesión inaceptable Serviliano fue sustituido por su hermano Quinto Servilio Cepión para reanudar la guerra contra Viriato.
El pastor hecho soldado, finalmente tuvo que volver a intentar pactar con Roma enviando como embajadores a Audax, Ditalco y Minuro. Cepión convenció a estos de que asesinaran a Viriato a cambio de riquezas y así lo hicieron, acabaron con la vida del líder hacia el 139 a.C. Cuenta la leyenda que cuando quisieron cobrar la recompensa Quinto Servilio Cepión se la negó con la frase “Roma traditoribus non praemiat”, Roma no paga a traidores.
Tras su muerte y con el paso de los siglos, la figura de Viriato ha sido mitificada, idealizada, tomada como figura nacionalista, hecha héroe nacional, ha formado parte del arte y del folclore.
Sea historia, sea leyenda o ambas a la vez, Viriato siempre será un personaje histórico entrañable.
¡Abrazotes!