Escenarios de novela IV. Ruinas de Cerveteri (La tumba del héroe)
Las ruinas de Cerveteri, nombre que en la novela se da a la Necropoli della Banditaccia, es uno de los escenarios que me produce más alegría describir. Es un lugar que se encuentra demasiado lejos de Roma, a una treintena de kilómetros, como para que un turista se acerque a visitarlo, pero es un lugar que merece la pena conocer. Y no es peccata minuta pues la Necrópolis ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Las ruinas cuentan con más de mil tumbas que datan del siglo IX a.C. al siglo III a.C. siendo los etruscos sus arquitectos. Los tipos principales de enterramientos son: los montículos, de toba con forma circular y el interior excavado con un corredor, un salón central y varias habitaciones recreando la casa de las almas que la habitan; los dados, de geometría cuadrangular y estampa más humilde; y, en menor medida, se encuentran otras estructuras con forma cilíndrica, pequeñas y modestas, como lo debieron ser sus propietarios en vida.
La cultura etrusca, su cotidianidad, sus rituales, su mitología… han sido reveladas a través de los objetos y las decoraciones encontradas en sus tumbas. La mayor parte de los hallazgos, los que no han sido saqueados, se encuentran en Villa Giulia en Roma o en el museo Nazionale de Cerite, en el centro de Cerveteri.
Adentrarse en la zona arqueológica de la necrópolis es algo maravilloso, no solo por el entorno campestre, el frescor, los aromas de la naturaleza y la sombra de los árboles, sino porque te hace sentir inmerso en una ciudad abandona, llena de fantasmas llegados de siglos atrás, rodeado de montículos y tumbas organizados en una red urbana con calles, plazas y barrios.
Hablemos un poco de los etruscos, unas pinceladas nada más. Se extendieron desde la Toscana a Umbria, el Lacio y parte de la Campania y ocuparon Emilia-Romagna, Lombardia y parte de Venetto. Fueron una gran potencia naval hasta que los celtas desde el norte y los cartagineses por el mar les obligaron a dejar de serlo. Fueron derrotados por los romanos en su afán expansionista, siendo Etruria, la región de los etruscos, gradualmente conquistada o absorbida, según como se mire, por la República romana.
Con respecto a la Necropoli della Banditaccia, como lugar de saqueo y robo desgraciadamente no solo ha sucedido en la ficción de La tumba del héroe. Según comentan los habitantes de las inmediaciones, la profanación de las tumbas ha estado al orden del día. No es de extrañar, y no por ello justificar, ya que la posición de cada tumba está marcada por un montículo prominente de tierra.
En las ruinas de Tarquinia, otra necrópolis etrusca que se encuentra algo más al norte, a unos 50 Km de Cerveteri y 80 de Roma, me llamó mucho la atención las representaciones humanas en los frescos de las tumbas, unas figuras estáticas, de lado y con colores vivos que me hacían recordar a las de las tumbas egipcias (Véase las fotografías que acompañan al artículo y fíjense en una de ellas que sí, en efecto, es lo que parece)
Si tenéis ocasión de visitar la Toscana y el Lacio, no paséis por alto esta civilización y sus ruinas, entre las que también se encuentran y por mencionar algunas: La necropoli de Pianacce, en la provincia de Siena, La necropoli de Sovana, cerca de la ciudad del mismo nombre, entre otras muchos lugares y museos.
¡Abrazotes!